La disolución del ego bajo el efecto de psicodélicos
Monografía hecha por Carolina Thompson.
En la siguiente monografía analizaré la relación directa entre la limitación oceánica (disolución del ego), y el efecto de los psicodélicos. Mi hipótesis plantea que hay una relación directa entre el consumo de psicoactivos y la disminución del ego. Que hay mucho más detrás de una droga, que solo prejuicio. Por otra parte, este estudio no tiene en vistas promover el consumo de tales estupefacientes, pero sí, dar a conocer los efectos positivos de las mismas, y evidenciar que una sustancia puede estar relacionada con el camino espiritual. Los interrogantes a aclarar son los siguientes: ¿Hay una correspondencia entre la ingesta de psicoactivos y la disipación de un concepto abstracto? ¿Cómo es que el consumo de un psicoactivo puede intervenir en un sistema abstracto y no neurológico (el ego), siendo que la dosis actúa directamente sobre áreas físicas del cerebro, y el ego es meramente una idea? ¿Existe algún otro factor interviniente en este proceso del desvanecer?
Buscaré respaldo a través de diversos artículos científicos, testimonios de consumidores, libros de espiritualidad, libros de psicología y podcasts que brinden la información necesaria para llegar a la confirmación, o refutación, de la hipótesis planteada.
En un principio, me enfocaré en conceptualizar las dos variables (disminución del ego y psicoactivos), realizando un recorrido por diversos autores y la definición de cada uno (en cuanto al ego), hasta llegar a los psicoactivos: de qué manera afectan nuestro cerebro, cómo actúan a nivel psicológico, qué relación hay con lo espiritual, etc. Presentaré también, estudios específicos que ponen en relación directa las dos variables presentadas, no con una, sino con varias drogas psicodélicas. Con todo esto en vista, me encuentro con la facultad de realizar un arduo análisis de los diversos estudios tanto desde una mirada espiritual, como científica.
En el presente trabajo comenzaré por definir qué es el Ego según distintos autores. Según Eckhart Tolle, el ego es una sensación ilusoria del yo, es inconsciente. Se trata de “darte la razón y negársela a otros”. Equipara el tener con el ser: tengo, luego soy. Vive a base de comparaciones, busca protegerse y agrandarse (Un nuevo mundo ahora, Eckhart Tolle, 2007). Para Lacan, este surge de la relación imaginaria con el otro. Se trataría de un yo imaginario. El yo vendría a ser correlativo al otro (el nivel en que es vivido el otro da lugar al nivel en que el yo existe para el sujeto) (El yo en la teoría de Freud y en la técnica psicoanalítica, Jaques Lacan, 1953).
Para esta monografía, y los artículos que serán citados, decidí tomar la noción de ego de Tolle. Esto es, la parte más terrenal y menos espiritual del ser humano. Lo que se apega a lo material, lo que subsiste en base al parecer, al tener. Lo que le esquiva al adentro, lo intrascendente, lo profano. Porque de esto se trata la disolución del ego: de estar conectado a un nivel energético con todo lo que nos rodea, de ser uno con el universo, despegarse del yo, de tener una vinculación con todo como si estuviera dotado de vida, como si todo fuera sagrado. De cualquier manera, la misma puede ser angustiante para las personas que no pueden soltar, porque es una experiencia sobre la que no se tiene control. Por eso se la llama viaje, porque uno no se puede bajar.
En cuanto a qué es una droga psicodélica: el psicoactivo se hace pasar por un neurotransmisor que es la serotonina, y se une a un sitio de una neurona donde surge la serotonina, pero no lo es. Si se une a la serotonina, ayuda a que se propague un mensaje entre las neuronas. La serotonina ayuda a controlar el comportamiento, el estado de ánimo, los sentidos y el pensamiento (Textbook of Family Medicine, Rakel RE, Rakel DP, 2016). Al ser un alucinógeno, estas funciones se ven alteradas. Algunas de las drogas psicodélicas son el LSD, el DMT, la psilocibina, entre otras. Dentro de los efectos a nivel psicológico podemos encontrar: cambios en la percepción, sinestesia, entendida como una sensación adicional que puede combinar varios sentidos (ej: ver un color al escuchar una nota musical) (Wednesday Is Indigo Blue, Cytowik Richard & Eagleman David, 2009), experiencias donde se desdibuja el borde entre el cuerpo, la identidad de uno mismo, y los objetos o el espacio (experiencia unitiva), descentramiento de uno mismo, disociación (por ejemplo, sentir dolor sin sufrimiento), y se lo ha denominado como una “experiencia mística” (Mystical Experiences in Retrospective Reports of First Times Using a Psychedelic in Finland, Kanglaslampi Samuli, 2020).
En este párrafo introduciré un psicoactivo muy popular llamado dietilamida de ácido lisérgico, o mejor conocido como, LSD. Este ácido fue descubierto por Albert Hoffman mientras estudiaba los derivados del ácido lisérgico. Albert describió la sensación de la siguiente manera: “me vi forzado a interrumpir mi trabajo en el laboratorio a media tarde y dirigirme a casa, encontrándome afectado por una notable inquietud, combinada con cierto mareo. En casa me tumbé y me hundí en una condición de intoxicación no desagradable, caracterizada por una imaginación extremadamente estimulada. En un estado parecido al del sueño (…)” (Stanislav Grof interviews Dr. Albert Hofmann. Esalen Institute, Big Sur, California, 1984). Y con esta breve introducción, describiré los resultados de un estudio basado específicamente en este psicoactivo.
Según testimonios de participantes en experimentos con drogas psicodélicas, la disolución del ego es mucho mayor con estas que con drogas como, por ejemplo, la cocaína (Ego-Dissolution and Psychedelics: Validation of the Ego-Dissolution Inventory, Nour M., Evans L., Nutt D. & Carhart–Harris L., 2016). Aquí un gráfico para visualizarlo:
Para aclarar el panorama, el gráfico A representa los efectos de dosis de LSD, el B, bajo los efectos de la cocaína, y el C, bajo los efectos del alcohol. Lo que este gráfico expresa es la relación entre la dosis del consumo, y la disolución del ego (representada por los círculos azules). También, la relación entre el agrandamiento del ego (representada por los cuadrados rojos) y la dosis consumida.
Los resultados son claros: bajo consumo de LSD, se puede apreciar una gran disolución del ego (a medida que aumenta la dosis, aumenta esta sensación), y bajo agrandamiento del mismo. Pasa exactamente lo contrario con la cocaína, el ego se agranda a medida que aumenta la dosis. Y con el alcohol, no se encuentran grandes cambios (los niveles de una y otra variable no fluctúan de manera significativa).
Ahora, ¿cuál es el propósito de la disolución del ego, y qué tiene de positivo? En este mismo artículo, se analiza la relación entre el bienestar y la limitación oceánica. Los sujetos que consumían LSD puntuaron la experiencia y su propia vida con un puntaje alto, mientras que los consumidores de cocaína y alcohol, expresaron no haber notado cambios positivos (ni negativos) luego de la misma. Pero este artículo no deja nada al azar, ya que se podría considerar un sesgo el no tener en cuenta los efectos neurológicos (explicitados al principio de la monografía) del LSD, por lo cual experimentaron con otros psicodélicos (psilocibina, LSD, DMT, óxido nitroso, y ketamina), notando los mismos resultados. Lo que los llevó a la conclusión de que es el hecho de perder el límite entre uno y el todo, y no solo la adhesión a un neurotransmisor.
En adición a lo anterior, Binswanger postula que la superioridad del ser no se agota en acciones, las cuales son transitivas. Al contrario, él considera que la vida más alta y propia del hombre es la espiritual. Ya que es el único ser que ha sido dotado de cuerpo material y alma espiritual, y tiene unidad y plenitud subjetiva (Tres formas de la existencia frustrada, Binswanger Ludwig, 1972). Según el autor, “Hay pues un retroceso de la intencionalidad de la existencia como trascendencia o ser-en-elmundo, incorporación del ego trascendental a la existencia fáctica.”. Lo que nos lleva, una vez más, a considerar que la vida terrenal por sí, y las acciones tomadas en ella, no son suficientes para alcanzar la plenitud subjetiva del ser, ya que solo son parte del cuerpo terrenal, y se debería apuntar a una unidad entre éste y el alma.
Analizaré otra droga con el fin de disipar dudas respecto a la relación del bienestar (unida a la disipación del ego) y el consumo de estas. En este caso el DMT. El DMT (dimetiltriptamina) es un agonista de los receptores de serotonina 2A, 2C/1A con efectos alucinógenos (Las propiedades farmacocinéticas del ayahuasca, Escobar Guillermo, 2015). Este agonista puede ser encontrado en plantas, y otros seres vivos, e incluso, los seres humanos la sintetizamos de forma natural (¿Qué es la DMT?: Todo Sobre la ‘Molécula de Dios’, “Reality Sandwich”, 2022). Una de estas plantas es la Ayahuasca.
La Ayahuasca, que en quechua significa aya-espíritu y huasca – liana, lo que se leería como la liana de los espíritus, fue descubierta por el mundo occidental en 1851, por Richard Spruce, explorador inglés que en un viaje a Perú descubrió la bebida como uso ritual (¿Pueden los efectos espirituales de la ayahuasca ser explicados a través de la ciencia?, Sanguinetti Nicole, 2017). La planta Psychotria viridis, como nombramos anteriormente, contiene DMT, un potente psicotrópico, que se ingiere por vía oral y es degradado rápidamente. Su consumo genera experiencias de adormecimiento corporal, mareos, visiones, colores y formas, frío o calor, y una “expansión de la consciencia. (…) Donde el espíritu de la naturaleza o los dioses te hablan y te aconsejan.”.
El Convenio con Centro Interdisciplinario de Neurociencia de Valparaíso, analizó los cambios en las ondas cerebrales y los efectos subjetivos en voluntarios, para describir los efectos de los psicoactivos.
Por un lado, los ya mencionados en la introducción. Pero también, “su abuso puede estimular delirios y psicosis en personas susceptibles, y estos síntomas pueden agravarse en quienes presentan un historial psiquiátrico. Sin embargo, sus efectos no se producen de igual forma en todas las personas, ya que dependerá de las dosis ingeridas, de la susceptibilidad de cada individuo.”.
Lo que se propone para el consumo de este psicoactivo, es experimentarlo en un ámbito de la naturaleza (ej. Amazonas), principalmente para interiorizarse con la naturaleza y conectar con el espíritu de la planta. Ya que, supuestamente, su accionar no es solo en un plano físico y terrenal, sino que también es utilizada para la sanación del espíritu, “en donde su acción trasciende a una dimensión mágica – religiosa, lo irracional es racional y lo invisible es visible.”.
En cuanto una mirada más detalladamente científica, un grupo de investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona en España, liderado por Jordi Riva, estudió la contribución de receptor de serotonina 5-HT2A a los efectos psicológicos y neurofisiológicos de la ayahuasca en personas, donde se midieron los cambios inducidos por drogas sobre las oscilaciones cerebrales por medio de un electroencefalograma. Estas oscilaciones cerebrales lo que hacen es reflejar la actividad eléctrica de los grupos de neuronas en las diferentes regiones del cerebro, las que presentan discrepancias en ritmos o frecuencias (llamadas ondas cerebrales). Se conocen cinco tipos de ondas cerebrales: alfa, beta, delta, gamma y theta. Las ondas alfa son más lentas, tienen que ver con un estado de escasa actividad cerebral y profunda relajación. Las ondas beta se generan cuando el cerebro está despierto e involucrado en actividades mentales intensas. Las ondas delta son las más lentas en cuanto a frecuencia y se generan ante el sueño profundo. Las ondas gamma son las más rápidas en frecuencia y están relacionadas a una repentina introspección. Y por último las ondas theta, que se alcanzan bajo un estado de profunda calma.
A través de una serie de cuestionarios, se midió el efecto subjetivo provocado por esta droga, donde se pueden encontrar efectos de percepción, desrealización, temor de disolución del ego, entre otros. Estos efectos fueron controlados con placebos, donde se administraba de manera oral la ayahuasca más ketanserina (antagonista del receptor de serotonina 5-HT2A), el cual actúa de manera contraria a la activación del receptor. Dentro de los hallazgos, se deduce que la activación del receptor 5-HT2A tiene un papel fundamental en los efectos neurofisiológicos y visuales en los humanos
Según los resultados observados en el estudio, el receptor de serotonina podría estar implicado en los efectos espirituales. Desde un punto de vista espiritual, la activación de este receptor podría ser un dios interno (el cual podría criticar el estilo de vida, sanar el espíritu, entre otros).
Refiriéndome a Alex Polari, líder respetado del Santo Daime, comenta acerca del estudio de la conciencia y el espíritu humano. Lo cual para reconocer el misterio, el expandir nuestra conciencia no es suficiente, también se necesita expandir el corazón. Habría que ir más allá del nivel psicológico de la espiritualidad.
“No hay nada cubierto que no pueda ser descubierto”. Es por esto que se descubrió la ayahuasca, la cual es capaz de diversas cosas: elevar nuestras mentes, curar nuestro trauma, aumentar nuestra capacidad de perdonar, y el aumentar nuestro amor por nosotros mismos y el prójimo.
Para Polari, la ayahuasca es una herramienta importante para transformar la conciencia humana. La cual es más poderosa cuando está ajustada dentro de una comunidad donde se siguen prácticas espirituales. (World Ayahuasca Conference, Polari Alex, 2019)
A modo de conclusión, finalizo el trabajo con la hipótesis confirmada. Según los distintos artículos analizados y cómo los resultados se enlazan al desvanecer del ego, puedo afirmar que hay una estrecha relación entre este y el consumo de drogas psicodélicas. Además de concluir de esta manera, he descubierto la correspondencia entre la limitación oceánica y el bienestar del sujeto, y también, la conexión entre el consumo de otras sustancias en relación con este, y el agrandamiento del ego. Por otra parte, no he encontrado artículos o estudios que desestimen la deducción ni tomando distintos autores, países de investigación, año del estudio, o psicodélico. Ya que no había intención alguna de caer en un sesgo, ni mucho menos dejar elementos por fuera del análisis, se ha revisado una gran cantidad de artículos respecto al tema, y ninguno desmiente la relación directa entre las variables analizadas.
Bibliografía:
http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0120-81602009000300009
https://www.iceers.org/es/ayahuasca-espiritualidad-y-vida-comunitaria/
https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/02791072.2020.1767321
https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fnhum.2016.00269/full
https://maps.org/news-letters/v11n2/11222gro.html
http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1729-48272015000200013
http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0120-81602009000300009
https://www.jstor.org/stable/4241409
Estudiante de psicología
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