Los hongos mágicos, psicodélicos, niños santos o cucumelos son medicinas naturales, utilizadas por culturas ancestrales de todo el mundo, como poderosas herramientas de autoconocimiento, expansión de la consciencia y sanación.
La civilización azteca le llamaba “teonanacatl” que significa “la carne de los Dioses”.
Actualmente, hay estudios cientificos que revelan sus extraordinarios beneficios para la salud mental, física y espiritual.
El componente activo, la psilocibina, al poseer similar estructura molecular que la serotonina, es considerado el mejor antidepresivo natural. Se demostró que crea nuevas conexiones neuronales en nuestro cerebro, abriéndonos así a nuevas vías de pensamiento, y nuevas percepciones de la realidad. Son experiencias que trascienden los límites de la mente racional. En la vida de muchas personas, son las más significativas y trascendentales de sus vidas.
Las microdosis (dosis tan pequeñas que no tienen efectos psicotrópicos) son utilizadas para curar la ansiedad, depresión, adicciones fuertes, y diversas patologías psicoemocionales. Para estimular la creatividad, la concentración, la memoria y regeneración neuronal. Y en pacientes con enfermedades terminales, para reducir significativamente dolores físicos, el miedo y la ansiedad.